Intoxicaciones y molestias gastrointestinales en verano, ¿qué las provoca y cómo evitarlas?
El verano es una época en la que relajamos especialmente nuestra alimentación. A ello, hay que añadir la ingesta de alimentos crudos o poco cocinados. Esto hace que el riesgo de sufrir intoxicaciones o molestias gastrointestinales provocadas por lo que comemos aumente en esta época.
En temporada estival, los alimentos y bebidas se descomponen más rápido, lo que puede causar gastroenteritis bacteriana. Suele ser una de las causas más frecuentes en las urgencias del verano.
Entre las molestias destacan los dolores abdominales, nauseas, vómitos y diarreas, que a veces van acompañadas de fiebre.
Microorganismos patógenos que contaminan los alimentos o las propias toxinas son algunos de los elementos causantes de estas dolencias, que pueden arruinarnos unas buenas vacaciones, a menos que seamos cuidadosos.
Pero, ¿qué podemos hacer cuando nos afectamos de alguna intoxicación o dolencia de este tipo?
Entendemos por intoxicación alimentarias las que se producen cuando se ingiere alimentos (líquidos o sólidos) contaminados con bacterias, virus, toxinas o parásitos.
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, el tratamiento o actuación será uno u otra. Hay que distinguir entre unas molestias leves por exceso de comida o indigestión o intoxicaciones alimentarias, que podrían conllevar riesgo más grave para la salud.
Entonces, ¿cuándo acudir al médico?
Los especialistas aconsejan acudir al médico en caso de náuseas, dolor abdominal, vómitos, diarrea, fiebre, dolor de cabeza y/o fatiga. El grado de urgencia lo determinará el estado del afectado. Nunca debemos recurrir a remedios caseros o automedicación, ni relajarnos pensando en que pasará sin más. El médico será el que determine el diagnóstico y tratamiento adecuado.
¿Cómo evitar las intoxicaciones alimentarias?
Extremar la higiene y el lavado de los alimentos frescos, utilizando incluso en caso necesario productos adecuados desinfectantes. Lavarse bien las manos, antes de manipular cualquier alimento. No romper la cadena de frío, en el caso de los descongelados y congelar los pescados que van a consumirse crudos o poco cocinados, antes de utilizarlos.
Y en caso de comer fuera de casa, cuidado con la temida salmonelosis, una infección causada por la bacteria salmonella. A pesar de que algunas personas no muestran síntomas, muchas sufren diarrea, dolor abdominal y fiebre. No consuma alimentos que puedan contener huevos crudos (tales como mahonesas u otras salsas).
