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El cáncer de cérvix: diagnóstico, causas y síntomas

El cáncer de cérvix o de cuello uterino es el producido por el virus del papiloma humano (VPH) que se transmite por contacto sexual. En muchas ocasiones el organismo femenino es capaz de vencer esta infección pero cuando no es así desemboca en el cáncer.

Incidencia

El cáncer de cuello de útero es el que más incidencia tiene entre mujeres de 40 a 55 años. Además, se trata del sexto tipo de cáncer más frecuente en España. Las provincias con menor incidencia son Navarra y Zaragoza y la que más Baleares con 13,6 casos por 100.000 habitantes.

En la actualidad la supervivencia a cinco años en todos los estadios del cáncer es del 71 por ciento y si se detecta en una fase temprana tiene una supervivencia a cinco años del 92 por ciento. A nivel mundial, las áreas con mayor mortalidad recaen en Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático.

Tipos de cáncer de cérvix

  1. Carcinoma epidermoide. Es el que aparece en el 85% de las ocasiones. Está localizado en el fondo de la vagina y el ectrocérvix. Tiene la apariencia de un tejido dérmico (piel), de ahí su nombre.
  2. Adenocarcinoma. Ocupa el restante 15% de los cánceres de cuello de útero. Tiene lugar en el canal cervical.

Pruebas diagnósticas

  • Citología cervico-vaginal. Históricamente siempre se ha acudido a esta prueba en primer lugar. Sirve para analizar las células del cuello del útero que se encuentra al final de la vagina. Se obtienen introduciendo un cepillo y una espátula minúscula con la que se realiza un raspado, para posteriormente ser observada al microscopio. Con esta prueba además de poder hallar células malignas o precancerosas también es posible detectar el virus del papiloma humano (VPH).
  • Tipificación de virus de papiloma humano. Es parecida a la citología (prueba de Papanicolaou) en el sentido de que también se obtienen muestras de células del cuello uterino de la paciente. En caso de ser positiva significa que la mujer tiene el virus, pero eso no significa que padezca cáncer de cuello uterino. Serán necesarios otros estudios de diagnóstico posteriores en caso de que se encontraran células anormales y la tipificación del virus de papiloma humano fuera positivo.
  • Colposcopia. El colposcopio es el instrumento usado en esta prueba. Sirve de lente de aumento para visualizar las áreas anormales del cuello del útero y de la vagina. Se trata de un examen que no provoca dolor y no tiene efectos secundarios.
  • Biopsia. Esta prueba permite dar un diagnóstico fiable sobre la presencia del cáncer. Se lleva a cabo extirpando una porción pequeña de tejido y analizándola en el microscopio. Será el patólogo el encargado de llevar a cabo el examen de los tejidos y células para diagnosticar cualquier enfermedad. En caso de que la lesión encontrada no revistiera importancia debido a su tamaño el doctor podría extirparla mediante la biopsia.

Asimismo, los especialistas tienen a su disposición otras pruebas complementarias para conseguir un diagnóstico certero. Estas serían: el examen pélvico con anestesia, la radiografía, las resonancias magnéticas y las exploraciones por tomografía computarizada o bien por emisión de positrones.

Factores de riesgo para la aparición del cáncer de cérvix

El virus del papiloma humano (VPH) está relacionado con el 99% de los casos de cáncer de cérvix por lo que esta infección está considerada como la principal causa. Este virus se transmite a través de las relaciones sexuales. Es importante destacar que el riesgo aumenta si la mujer comienza a mantener relaciones a edades muy tempranas, o con un hombre que ya ha tenido muchas parejas o si realiza el coito con un varón con verrugas en el pene.

El final de la etapa adolescente y hasta los 35 años se considera como la etapa con un riesgo más elevado de desarrollarlo aunque después de los 40 esa posibilidad sigue existiendo.

También se consideran factores de riesgo:

  • El tabaco. Fumar provoca que las mujeres tengan dos veces más posibilidad de desarrollar cáncer de cérvix.
  • Las mujeres que padecen herpes genital.
  • Sistema inmunológico debilitado por los fármacos, como los usados para el VIH (SIDA) u otros cánceres.
  • El uso de los anticonceptivos orales.

Síntomas del cáncer de cuello de útero o de cérvix

Este tipo de cáncer no provoca síntomas en los primeros estadios en la mayoría de las ocasiones. Estas son las manifestaciones más comunes:

  • Dolor durante las relaciones sexuales.
  • Manchar entre las menstruaciones o después de ésta.
  • Sangrado más abundante o extenso durante el periodo.
  • Sangrar después del coito o al ser examinada por el ginecólogo.
  • Incremento de la secreción vaginal.
  • Seguir manchando tras la menopausia.

Prevención

La prevención del cáncer de cérvix se circunscribe a dos áreas fundamentales: la detección temprana de células anormales mediante la citología y la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Hay que reseñar que las vacunas se dirigen a niñas y mujeres de 9 a 26 años. Es 100% eficaz si la persona aún no ha mantenido relaciones sexuales. Esto es debido a que no ha podido estar expuesta al virus.

Las vacunas no protegen contra todas las cepas (casi 200 tipos, de los cuales más de 100 provocan cáncer), pero sí contra las más agresivas y frecuentes. Actualmente, las vacunas que se comercializan evitan los tipos 11, 16 y 18 y como novedad, aunque de mucho mayor coste económico, han sacado una inyección capaz de combatir hasta 9 cepas diferentes.

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