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Herpes: tipos, síntomas y cómo prevenirlos

tipos de herpes

¿Qué es un herpes?

El herpes es una infección causada por el virus del herpes simple (VHS). El herpes bucal produce aftas alrededor de la boca o la cara. El genital es una ETS (enfermedad de transmisión sexual) que puede localizarse en la zona genital, el ano y las nalgas. Existen otros herpes que pueden afectar a diversas partes del cuerpo como los ojos y la piel. Este virus puede llegar a ser peligroso en recién nacidos o personas con el sistema inmunológico muy deprimido.

Las personas que se contagian con este virus lo hacen para siempre porque no tiene cura. El herpes queda latente en el organismo y reaparecerá en épocas de estrés, con los cambios de temperatura, o durante el periodo menstrual de la mujer, momentos en los que bajan las defensas.

Existen dos tipos de herpes simple:

  •      El herpes simple tipo 1: Lo más frecuente es que cause llagas labiales, eso no quiere decir que no pueda provocar herpes genital. Se contagia por contacto boca a boca.
  •         El herpes simple tipo 2: Normalmente provoca herpes genital, aunque también se dan casos en los que afecta a la zona bucal. Esta clase de infección hace más probable que se contraiga el VIH debido, por un lado, a la bajada de defensas en la mucosa donde se localice el virus, y, además, porque esa llaga se convierte en una alteración de la continuidad de la piel y a través de esa herida se facilita el contagio del SIDA.

Las pruebas serológicas son el único método fiable para diferenciar ambos tipos de herpes.

Primeros síntomas

Ambos se presentan de la misma forma: aparición de erupciones con ampollas que provocan escozor y picor localizado. Dos o tres días más tardes aparecen las vesículas que tardarán en cicatrizar alrededor de una semana y otra más para sanar por completo. Es habitual que las personas tengan varios brotes al año aunque paulatinamente dejan de ser tan frecuentes.

Prevención

Los herpes simples se contagian por contacto directo, por lo que para prevenirlos hay que evitarlo, principalmente cuando aún no han cicatrizado las ampollas que contienen en su interior el virus.

Otros consejos útiles serían que evitemos la luz solar directa ya que el efecto es el de avivar el propio virus y no compartir objetos de uso cotidiano como toallas, vasos o cubiertos.

En el caso del herpes genital es fundamental usar el preservativo a la hora de mantener relaciones sexuales.

El herpes Zóster

Se trata de una erupción cutánea vesicante (ampollas) y muy dolorosa debida al virus de la varicela. Es muy contagioso y aparece en ciertos nervios del cuerpo como una franja de piel irritada y con ampollas en una zona del pecho o la espalda. Es conocida vulgarmente como ‘culebrilla’ y,  aunque puede presentarse a cualquier edad, se tiene mayor probabilidad de desarrollar esta afección si:

  • Es mayor de 60 años.
  • Pasó la varicela antes de cumplir el año de edad.
  • El sistema inmunitario está debilitado por medicamentos o por una enfermedad. (Suele ser la causa más frecuente).

Este virus puede afectar también a otras zonas corporales como el rostro, los ojos y las orejas y puede tardar hasta un mes en desaparecer por completo.

Primeros síntomas

El herpes Zóster provoca en los estados menos avanzados dolor, hormigueo y ardor, que aparecen previamente a cualquier erupción cutánea. En algunos casos también se dan: dolores abdominales, fiebre y escalofríos, sensación de malestar general, úlceras genitales, cefaleas, dolor articular e inflamación de los ganglios linfáticos.

Prevención

Evitar el contacto con los sarpullidos y ampollas de los individuos que presenten este tipo de herpes o estén pasando la varicela si nunca ha sufrido esta enfermedad o no se ha vacunado contra ella.

Si una persona entra en contacto directo con la erupción provocada por el herpes Zóster y nunca ha pasado la varicela, ni se vacunó previamente, puede ser contagiado de la propia varicela en lugar de contraer la ‘culebrilla’.

Medicación

El tratamiento más eficaz contra los herpes es a base de medicamentos retrovirales que podrían definirse como los antibióticos para combatir los virus. Se pueden administrar en forma de crema, si el herpes es cutáneo, o en comprimidos si la infección se encuentra en las mucosas y no es posible aplicar el gel.  

Complicaciones

El herpes Zóster es el más peligroso de todos. Una mujer embarazada puede transmitir esta infección al feto y provocar malformaciones.

En adultos, si el herpes aparece en el nervio trigémino de la zona facial puede provocar una neuralgia crónica y si afecta al nervio óptico es posible que desemboque en ceguera.

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