El Dr. Murgio es elegido mejor pediatra por la European Academy of Paediatrics
El Dr. Abel Murgio ha sido recientemente galardonado como mejor especialista pediátrico 2024-2025 por la European Academy of Paediatrics. Un reconocimiento más a la dilatada carrera de 40 años de este auténtico trotamundos que ya ha recibido prestigiosas distinciones científicas y ha colaborado en diferentes causas de ayuda humanitaria en cuatro continentes. Coleccionista de experiencias vitales en países tan únicos como India o Filipinas, no ha limitado su vida a su pasión por ejercer la pediatría sino que ha escrito artículos en numerosas revistas internacionales e incluso ha publicado libros sobre nutrición como: ‘Por qué fracasan las dietas’.
¿Qué supone este reconocimiento para su carrera?
Modestia aparte, lo que se premia no sólo es ser el mejor ya que, por supuesto, en Europa quizás haya mejores doctores. Se debe a una serie de variables que quizás no son tan comunes, como por ejemplo, el rendimiento académico y científico en las mejores universidades: Padua (Italia), Rosario (Argentina), Boston y Virginia (Estados Unidos) y el Karolinska Institutet (Suecia).
También cuentan los conocimientos de diversos idiomas y el aporte a la sociedad científica, que aún hoy, después de 20 años viene considerado incluso por estudios en Meta Análisis realizados por el CDC (Estados Unidos) y en Inglaterra, como punto de referencia.
Además, fui nominado por la Academia Americana de Pediatría, cerrando como broche de oro haber estado durante 4 años en contacto científico con la que fuera Premio Nobel de Medicina en 1986, la profesora Rita Levi-Montalcini.
¿Qué le ha enseñado su experiencia de más de 40 años tratando a los más pequeños?
Respetarlos, tener lo que llamamos empatía, son seres humanos, no son simplemente adultos pequeños, sino las personas que habitarán en esta tierra en un futuro próximo. Debemos aportar prevención sí, pero no sólo limitarnos a curar, sino también educar.
¿Han cambiado mucho las preocupaciones que llevan a los padres a consulta en estas cuatro décadas?
Así es, claro que no me considero viejo, pero cuatro décadas son tantos años que los hábitos cambian, y lo que llamábamos jugar, hoy sólo se hace irregularmente. En cambio, sí es muy frecuente ver a los más pequeños frente a un dispositivo móvil, que nos aleja de la realidad existencial.
Si tuviera que dar un solo consejo a los padres para que sus hijos crezcan sanos y saludables ¿cuál sería?
Dialogar, abrazarlos y darles amor; no todo lo material es lo más importante hoy en día en esta sociedad consumista. También es vital para su desarrollo darles el cariño que necesitan en el seno familiar.
En su longeva carrera profesional ha colaborado en distintas causas de ayuda humanitaria en África y Asia, entre otros continentes, ¿qué aprendió en esos lugares?
Mi experiencia pasada en la India (Uttar Pradesh), fue muy dura e impactante, pero me cambió mi manera de ver las cosas: conocer una realidad en la que los niños eran felices sin nada, el respeto al hecho de que estamos de paso por este mundo terrenal. En Filipinas, el infortunio de asistir a una catástrofe natural como un terremoto te deja huellas en forma de cicatrices que permanecerán en mí para siempre. África, por su parte, posee muchas culturas diferentes, pero con la misma problemática aún no resuelta de la existencia de enfermedades que a día de hoy serían inexistente en el primer mundo, pero que aún siguen causando estragos allí por la falta de sensibilidad de los gobiernos.
¿Diría que la pediatría es la especialidad más gratificante de la medicina?
Podría decir que cada una de las especialidades dentro de la medicina tiene sus factores gratificantes, la pediatría, porque amo lo que hago, también los tiene. Un ejemplo es ver que ese niño que tuviste como paciente va creciendo y al cabo de los años viene a verte con una sonrisa y un abrazo. Lo notas gratificante y eso es sinónimo de que has hecho bien tu trabajo.
¿Qué retos le quedan aún por conseguir en el área de la medicina pediátrica?
Me gustaría ejercerla hasta que el que está arriba en el cielo me llame, porque no tengo pretensiones materiales. Todo lo que quise y deseé en mi vida profesional lo he logrado, aunque necesitaría mas años para disfrutar de esos niños que serán adultos un día.