Revisión anual ginecológica
Toda mujer debería realizarse un examen ginecológico completo desde el momento que inicie relaciones sexuales o a partir de los 25 años, aunque no tenga relaciones.
La revisión ginecológica tiene como finalidad la prevención, detectando factores de riesgo que deban corregirse y el diagnóstico precoz, evaluando el estado del aparato genital y las mamas, para comprobar su normalidad o poder hallar anomalías que precisen tratamiento.
La revisión ginecología consta básicamente de:
Exploración física del aparato genital y las mamas
Citología del cuello uterino
La citología cervicovaginal (también llamada test de Papanicolau) es una prueba rutinaria que consiste en la toma de una muestra de las células del cuello uterino de forma totalmente indolora. Sirve para el diagnóstico de las lesiones precursoras del cáncer de cuello de útero y también permite el diagnóstico de infecciones.
Está demostrado que, en la actualidad, el mayor factor de riesgo para contraer cáncer de cuello útero es no realizar un control ginecológico periódico con citología.
-Ecografía transvaginal
La ecografía es una técnica de exploración no invasiva que, mediante ultrasonidos, nos permite visualizar los genitales internos (útero y ovarios). Para la ecografía por vía vaginal no es necesaria ninguna preparación.
-Mamografía y ecografía mamaria.
La mamografía es la técnica radiológica dedicada al estudio de la mama. Permite detectar un cáncer en sus primeras fases, de forma que mejore de forma significativa las tasas de curación.
Es especialmente sensible en el diagnóstico de las microcalcificaciones, que puedan constituir un signo precoz del cáncer de mama y que son difícilmente detectables por otras técnicas de imagen.
Se recomienda una mamografía bianual a partir de los 35 años a todas aquellas pacientes que no presentan antecedentes familiares de primer grado, pasando a ser anual a partir de los 40 años.
Para una mejor valoración del estudio es muy eficaz que la mujer aporte en el momento de la exploración las mamografías previas de las que disponga.
Tras la mamografía el radiólogo puede solicitar una ecografía mamaria si lo considera oportuno, bien por la elevada densidad de la mama, bien para evaluar un hallazgo detectado en la mamografía.