Riesgos para la salud por la falta de sueño
Irritabilidad, falta de concentración, cansancio e incluso ansiedad, son algunos de los síntomas que conforman un cuadro de insomnio.
De poco sirve llevar una vida saludable en cuanto a alimentación y ejercicio físico, si nuestras horas de sueño no son suficientes o si la calidad del sueño es pobre.
Cuando el termómetro pasa de los 22 grados por la noche, conciliar el sueño se puede convertirse en un auténtico suplicio. De hecho, los expertos aseguran que la temperatura media para conseguir un sueño reparador se sitúa entre los 18 y los 20 grados.
Y claro, la falta de sueño conlleva consecuencias como la irritabilidad, falta de concentración, ansiedad, sensación de cansancio permanente… lo que los expertos denominan un cuadro clínico de insomnio, en los que el verano tiene mucho que ver. A las altas temperaturas se suman los cambios de hábitos en las vacaciones.
Además, si no se duerme lo suficiente, bien sea por falta de horas o por la calidad del sueño, el cansancio se acumula.
Para evitar que nuestro cuerpo y nuestra mente sufra las consecuencias, ahí van algunos consejos:
- La rutina, muy importante para mantener buenos hábitos de sueño. Irse a la cama siempre a la misma hora e ir adelantándola paulatinamente, cuando se acerque la vuelta a la normalidad. También la de levantarse.
- Los ejercicios suaves de respiración, así como la relajación de la musculatura pueden ser buenas ayudas para conciliar el sueño.
- Prescindir de las bebidas y alimentos estimulantes varias horas antes de irnos a la cama e ingerir cenas ligeras.
- Los alimentos ricos en triptófano, como plátanos, además de la leche, la avena o los huevos ayudan a mejorar la calidad del sueño.
Si el calor supera los 22 grados, intentar refrescar la estancia antes de irnos a la cama.
