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Los beneficios ocultos de las frutas veraniegas

La sandía es una fruta veraniega

Con la llegada de los meses de verano y el calor el cuerpo experimenta una mayor necesidad de hidratación y de ciertos nutrientes presentes en las frutas y hortalizas típicas de la época estival.

La naturaleza es sabia y proporciona en cada estación los alimentos que protegerán al organismo frente a las adversidades climáticas y otras inclemencias que podrían desencadenar patologías. Pero, además de esas propiedades nutricionales, algunas frutas veraniegas poseen ciertos beneficios ocultos que las convierten en grandes fuentes de energía y salud.

¿Por qué es buena idea consumir fruta de temporada?

Aunque con la agricultura moderna se ha logrado que frutas como los tomates o los pimientos estén disponibles en las tiendas durante todo el año, siguen existiendo frutas estacionales que encuentran su estado perfecto de maduración en ciertos meses del año. Es en esa época cuando deben ser consumidas ya que nos reportarán todos sus nutrientes y su mejor sabor, consiguiendo efectos muy positivos para el organismo.

En el caso de las frutas típicas del verano, su dulzor y gran aporte de agua las hacen imprescindibles para cualquier dieta saludable. Los expertos recomiendan que se ingieran al menos tres piezas al día, ya que cada una posee unas características nutricionales propias, y sólo la unión de todas ellas permitirá al cuerpo absorber el amplio abanico de vitaminas, antioxidantes y minerales que necesita para llevar a cabo sus funciones de manera eficiente. Una de las más importantes en estas fechas es la protección de la piel frente a los agresivos rayos solares.

¿Cuáles son las frutas veraniegas que más se consumen?

De junio a septiembre (verano boreal) se consumen una serie de frutas veraniegas refrescantes y saciantes que gozan de dulzor y gran cantidad de antioxidantes. Son especialmente sabrosas y ellas mismas se encargan de presumir de esta característica con sus exuberantes colores y aromas.

En concreto, las frutas más consumidas en verano son:

  • Melón
  • Sandía
  • Albaricoque
  • Melocotón
  • Frutos rojos
  • Ciruelas
  • Higos
  • Nectarinas
  • Fresas

Los beneficios ocultos de las frutas veraniegas

Empecemos por la fresa, que además de poseer grandes cantidades de agua y vitaminas: A, C, E, B1, B2, B3 y B6, es una gran fuente de potasio, fósforo, magnesio, hierro, calcio, fibra, yodo, ácido elágico, cítrico, salicílico, málico, fólico y oxálico.

Eso no es todo. A la fresa se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y desinfectantes que evitan la oxidación celular, el envejecimiento y la inflamación de los tejidos del organismo. Por otro lado, también es diurética ya que induce a la producción y excreción de orina.

Su ingesta es beneficiosa a la hora de disolver cálculos renales, aliviar problemas de la vesícula biliar o del hígado, retención de líquidos y regular la hipertensión.

También se ha mostrado como una gran aliada para los que sufren problemas reumáticos, un índice de ácido úrico elevado o artritis. Además, es eficaz como anticoagulante de la sangre y efectiva en su depuración. A todo lo anterior hay que sumarle su capacidad para prevenir patologías cardíacas y el sobrepeso.

Otra fruta muy presente en los frigoríficos durante el verano es la apetitosa y dulce sandía. Este fruto típico de los meses más calurosos está compuesto en un 95% de agua, pero también contiene licopeno. Esta fruta se torna en un alimento fundamental para permanecer hidratados en las jornadas más calurosas pero sin un aporte extra de calorías.

Otra de sus muchas bondades es su capacidad para cuidar la salud renal, ya que ayuda a eliminar toxinas y otras sustancias del organismo. Contiene vitamina C, A tiamina, porodoxina, potasio, magnesio, fósforo y posee propiedades antioxidantes.

Pero algo que poca gente sabe sobre la sandía es que previene la ceguera y potencia la virilidad masculina gracias a la citrulina. Este aminoácido natural está presente en grandes cantidades en la sandía y además de proteger el corazón, es protagonista a la hora de llevar a cabo el ciclo de la urea consiguiendo que el organismo elimine el amoníaco a través de la orina.

Pero si la sandía es capaz de producir un beneficio insólito en el varón ese es la relajación que consigue en los vasos sanguíneos gracias a la citrulina que se convierte en arginina, provocando una mejora en la producción de ácido nítrico. Es decir, la sandía contiene ingredientes similares a la conocida Viagra, el fármaco que se usa a nivel mundial para tratar la disfunción eréctil, y según algunos estudios, tendría la capacidad de incrementar la líbido.

Otra de las frutas veraniegas que nunca debería faltar en casa durante la época estival es la frambuesa, aunque se puede encontrar en otras estaciones. Este fruto rojo de aspecto exquisito, no defrauda en cuanto a valores nutricionales. También destaca por su alto contenido en vitaminas como la C y calcio, fósforo, potasio y carbohidratos.

Se trata de un fruto saciante que gracias a su potente aporte de fibra mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Contiene ácido elágico, un antioxidante que protege a la piel de los agentes externos. Con ello se consigue prevenir el envejecimiento prematuro y retrasar la aparición de las líneas de expresión.

Pero es su aporte de polifenoles lo que la convierte en una fruta muy interesante. Por otro lado, sirve para mantener en buena forma a las células de los diferentes tejidos, en concreto, las neuronas cerebrales, por lo que varios estudios la sitúan como un gran escudo ante el temido Alzheimer.

Pero las frambuesas guardan en su agradable color rojo intenso otro beneficio menos conocido: su capacidad para reducir los niveles de glucosa en sangre. Su inclusión en la dieta es muy recomendable, por tanto, para las personas que estén en riesgo de desarrollar diabetes.

La frambuesa es a menudo incluida en recetas de sabrosos postres y dulces y, según la Universidad de Illinois (Estados Unidos), su consumo es muy eficaz para combatir los niveles altos de azúcar en el torrente sanguíneo. Y es que los azúcares presentes en las frutas, lejos de ser nocivos para la salud, proporcionan ciertos nutrientes que actúan de barrera antidiabética.

Y especialmente interesante es el melón… en concreto para las mujeres en edad fértil. Es la fruta veraniega por excelencia y guarda entre sus múltiples beneficios nutricionales uno que te sorprenderá.

El melón es poco calórico, pese a su sabor dulzón. Tiene un alto contenido en fibra, es muy hidratante (un 90% del fruto es agua), está repleto de vitamina C y en potasio y gusta a niños y mayores. Es diurético y ligeramente laxante por lo que ayuda al organismo a desechar las sustancias tóxicas. Esto revierte en el brillo y la luminosidad de la piel.

Y llegamos a su gran beneficio: las mujeres que estén embarazadas están de enhorabuena si les gusta el melón ya que sus nutrientes favorecen el crecimiento y desarrollo del feto. Destaca entre sus nutrientes el ácido fólico, vitamina del grupo B que interviene en la producción de células nuevas y que por tanto debe estar presente en las dietas de las mujeres que esperen un bebé.

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