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El 90% de los ictus podrían evitarse siguiendo estos sencillos consejos

Prevención de ictus.

El 90% de los ictus que sufren las personas podrían prevenirse y tratarse gracias a la rápida actuación y la detección temprana, pero sobre todo llevando una vida sana en las que el ejercicio físico y la buena alimentación sean protagonistas.

El ictus es una patología que afecta en nuestro país a 120.000 personas cada año y en estos momentos es la primera causa de discapacidad adquirida entre los adultos.

¿Cómo evitar la aparición de un ictus?

Se denomina ictus al accidente vascular cerebral que afecta a los vasos sanguíneos del cerebro debido un coágulo u obstrucción, o una rotura. Su prevalencia debe ser muy tenida en cuenta porque en la actualidad representa la primera causa de mortalidad entre las mujeres del mundo desarrollado y la tercera entre los varones.

Dicho esto, existen ciertos consejos que son vitales a la hora de prevenir la aparición del ictus:

  • Seguir una dieta saludable baja en sal y grasas saturadas.
  • Controlar la obesidad que está vinculada a la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol.
  • Llevar una vida activa en la que no quepa el sedentarismo y se haga deporte de forma regular.
  • Tener controlados los niveles de azúcar y colesterol en sangre, ya que este último incide de manera significativa en la circulación sanguínea.
  • Alejarse del tabaco, principal culpable de muchas enfermedades cardiovasculares y pulmonares.
  • No consumir alcohol de forma excesiva.
  • Acudir a los chequeos médicos de forma regular como forma de prevención de la mayoría de patologías.
  • El estrés es otro claro desencadenante del ictus, por lo que saber mantenerse alejado de todo lo que nos produzca agitación o ansiedad también sirve para prevenirlo.

Factores de riesgo no modificables

Es importante saber que todo lo anteriormente expuesto se encuadra dentro de las conductas que podemos realizar para evitar la aparición del ictus, pero que existen otra serie de circunstancias ante las que poco podemos hacer.

Son los llamados factores de riesgo no modificables y que pueden desencadenar un ictus. La edad es el principal ya que cuanto mayor es una persona mayores probabilidades tiene de sufrirlo. El sexo es otra causa, ya que los ictus afectan más a las mujeres que a los hombres. Por otro lado, las patologías cardiacas también inciden en un incremento de posibilidades de sufrir esta patología cerebral.

Por último, no son tampoco nada desdeñables los antecedentes de ictus en la propia familia del individuo ya que se asocian a una probabilidad mayor de padecerlo en algún momento de su vida.

¿Cuántos tipos de ictus existen?

Aunque generalmente nos referimos al ictus como si se tratara de una misma patología, se puede hablar de dos tipos de ictus: el isquémico y el hemorrágico.

El primero supone el 75% de los casos y se produce cuando la arteria se obstruye. El segundo se debe a la rotura de una arteria.

Signos de alerta de la aparición de un ictus

El acrónimo FAST (rápido en inglés) nos da una pista acerca de cómo debe ser la reacción ante la aparición de cualquier síntoma que puede llevarnos a pensar que alguien está sufriendo un ictus. Consta de las siguientes fases:

Fase dropping: Aparece una asimetría facial y un lado de la cara parece diferente al otro.

Arm weakness: Una extremidad superior o inferior se queda lacio o sin fuerza. Es necesario probar las extremidades y comparar si existen diferencias en cuanto a la fuerza.

Speech: No consigue articular las palabras de forma correcta.

Time: Es vital llamar al 112 cuanto antes a la menor sospecha de que algo no va bien. Los mareos, desequilibrios y dolores de cabeza bruscos también suelen ser señales de que se está produciendo un ictus.

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