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¿Qué debo hacer si mi hijo se atraganta?

Qué hacer si mi hijo se atraganta

¿Qué debo hacer si mi hijo se atraganta? El atragantamiento es uno de los tipos de accidentes que más presente está en la mente de las personas debido a su frecuencia. Y es que los atragantamientos se sitúan como la segunda causa de muerte en el ámbito doméstico en niños de entre uno y tres años. En especial este temor a la muerte por ahogamiento es muy habitual entre padres con hijos en edad infantil y profesionales de la educación de la etapa infantil. Pero, ¿de verdad sabemos reaccionar en el caso hipotético de que nos enfrentemos a esta desagradable situación?

¿Qué debo hacer si mi hijo se atraganta?

En el caso de que presenciemos un atragantamiento, ya sea de un menor o de un adulto, la premisa principal es mantener la calma y no perder los nervios ante el momento de tensión. Eso no quiere decir que no actuemos con rapidez para tratar de identificar qué tipo de atragantamiento está sufriendo.

Para saberlo lo importante es identificar si la persona atragantada puede comunicarse o toser, y acercarse para saber si emite sonido respiratorio y su intensidad.

Una gran idea es animar al niño o la persona que está experimentando las dificultades para respirar que tosa, ya que es el mecanismo que posee el organismo para despejar las vías respiratorias de cualquier cuerpo extraño que esté taponando la entrada y salida de aire. Además, realizar cualquier otro tipo de movimiento diferente podría convertir una oclusión parcial en una completa y agravar la situación.

Atragantamiento por oclusión completa

El atragantamiento producido por una obstrucción completa de las vías respiratorias es el más peligroso y el que exige una mayor celeridad y tino a la hora de intentar neutralizarla. En concreto, no es recomendable la realización de la maniobra de Heimlich hasta que el niño no ha cumplido su primer año de vida, y esto hay que tenerlo presente en esos momentos de histeria.

Si ese es el caso y tu pequeño aún no ha cumplido 12 meses, lo más conveniente es coger al bebé con la palma de la mano en su zona pectoral e inclinarlo hacia adelante y con el talón de la otra mano dar hasta cinco golpes (de baja intensidad pero secos) en dirección hacia el interior y hacia arriba entre los omoplatos.

Si esta técnica no da resultado, hay que amoldar la maniobra de Heimlich a la edad del menor y comprimir el abdomen arrodillándonos detrás de él y presionando la zona inmediatamente superior de su ombligo. En la línea media ponemos un puño y lo agarramos con la otra mano y hacemos compresión hacia adentro y hacia arriba inclinándolo hacia adelante.

¿Cómo puedo saber que mi hijo se está atragantando?

El signo de alerta que se da en la amplia mayoría de los casos de menores que sufren atragantamiento es el acto de llevarse sus manos al cuello. Este movimiento reflejo se produce por el ahogamiento que está sintiendo, pero que también puede mostrarse en forma de náuseas, tos o incapacidad para hablar o llorar. Si no nos percatamos de la situación y el atragantamiento persiste, sus labios se tornarán morados y acabará en estado de inconsciencia.

¿Qué objetos son más peligrosos por su capacidad de producir atragantamientos?

En general los objetos a los que hay prestar mayor atención y alejarlos del alcance de los más pequeños en las casas son aquellos con pequeño tamaño y que sean lisos y redondeados. Son peligrosas, por ejemplo, las canicas, los caramelos, piezas de bricolaje, frutos secos o salchichas.

Todos estos alimentos y objetos tienen en común su alta capacidad para deslizarse y por ese motivo pueden terminar alojándose en las vías respiratorias y taponar la tráquea.

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