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¿Sabes cómo mantener tu hígado sano?

Mantener un hígado sano

¿Qué funciones tiene el hígado?

El hígado es el órgano sólido más grande del organismo y pesa aproximadamente un kilogramo y medio. Sus funciones fundamentales son la síntesis de proteínas a partir de los aminoácidos absorbidos a través de la digestión, lípidos e hidratos de carbono. También sintetiza la glucosa mediante una reacción química denominada gluconeogénesis. Además, tiene que ver con el metabolismo del colesterol y su eliminación.

Otra de sus tareas está relacionada con el almacenamiento de las vitaminas y produce la mayoría de los factores de la coagulación de la sangre. El hígado actúa, asimismo, acumulando determinadas sustancias que nos sirven para conseguir energía, como la glucosa en forma de glucógeno, el hierro en forma de ferritina, y el cobre a través de una proteína llamada ceruloplasmina.

El hígado posee otra función muy importante para el cuerpo humano como es la eliminación de toxinas a través de las vías biliares, pasando por la vesícula hasta llegar al intestino, sobre todo, para solubilizar las grasas durante la digestión y eliminar esas toxinas provenientes de los fármacos, el colesterol, etcétera.

¿Qué síntomas nos pueden alertar de un mal funcionamiento del hígado?

El hígado es un órgano que tarda mucho en provocar síntomas, normalmente cuando las patologías ya se encuentran en una fase avanzada. Debe existir una cirrosis, ya que el hígado en sí no posee sensibilidad, por el contrario, sí es sensible la cápsula de Glisson que lo envuelve. Determinadas enfermedades agudas como la hepatitis, o crónicas como la cirrosis suelen provocar:

  • Picor en la piel
  • Ictericia (color amarillento de la esclera ocular y piel)
  • En hepatopatías avanzadas y otras enfermedades graves también se produce aumento de peso o del volumen abdominal causado por retención de líquido por fuera del intestino
  • Moratones a causa de fallos en la coagulación
  • Alteraciones del ritmo del sueño
  • Trastornos cerebrales causados por la acumulación de sustancias tóxicas como el amoniaco

¿Qué consejos podemos dar para mantener un hígado sano?

Para mantener el hígado sano se debe seguir una dieta muy sana en la que cada día se incluyan frutas y verduras,  ya que muchos de estos vegetales como las espinacas nos brindan vitamina K que nos ayudan a una correcta coagulación de la sangre. Existen otra serie de síntomas que se pueden corregir ingiriendo cardo mariano, por su alto contenido en silimarina, y las alcachofas, que permiten eliminar sustancias tóxicas a través de la bilis.

Por otro lado, una ingesta excesiva de grasas favorece el hígado graso, una patología que se espera que para 2030 sea la causa más frecuente de trasplante por cirrosis. En concreto, es recomendable seguir las normas generales para mantener una buena salud cardiovascular y controlar de manera eficaz la hipertensión arterial y la diabetes.

¿Las patologías del hígado pueden evitarse con una prevención correcta?

Totalmente. Hoy en día se ven con mucha asiduidad pacientes con hígado graso o esteatosis hepática. Para evitar que se produzca esta enfermedad es fundamental controlar los factores de riesgo que la producen como el alcohol y el denominado síndrome metabólico que consiste en la aparición de grasa abdominal, sobrepeso, y valores elevados de diabetes, hipertensión, colesterol, ácido úrico y triglicéridos.

Con una prevención dietética de todos estos factores o mediante tratamiento de la hipertensión arterial o de la diabetes, y el hecho de evitar el consumo de alcohol a diario, conseguiría la no aparición de la grasa en el hígado, su posterior inflamación e incluso la fibrosis.

¿Es el alcohol el máximo enemigo del hígado?

No es el máximo enemigo, pero si acudimos a los datos referidos a los trasplantes de hígado hasta ahora, la causa más frecuente no era la cirrosis por alcohol, era la producida por el virus de la Hepatitis C. Como este virus ya se puede curar, ahora la causa más frecuente de cirrosis que se espera para los próximos años será el hígado graso. El alcohol también es una causa muy frecuente, pero no está muy claro cuál es el fundamento final que lleva a la aparición de la cirrosis. Es decir, se necesitaría un alcoholismo severo de más de 80 gramos al día (litro y medio de cerveza o 250 cc de Whisky) durante diez años o más para que se produjera esta enfermedad.

¿En qué casos habría que acudir al médico? (Signos de alerta)

En las analíticas periódicas de sangre  se suelen ver las enzimas hepáticas y en el caso de que sus valores aparecieran alterados sería el momento de acudir al médico. También cuando aparezca ictericia, que no sólo está relacionada con patologías hepáticas y sería necesario vigilar su causa. Otro motivo sería la sospecha de cualquier infección por hepatitis en épocas de juventud para conocer su evolución. También debería acudir al especialista cualquier persona que presente factor de riesgo de hígado graso: como alteraciones crónicas del colesterol o hipertensión, para ser revisados mediante ecografía y poder determinar si existe o no la enfermedad hepática.

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