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Entrevista al doctor Muñoz Cabrera, servicio de ginecología de Hospital Ochoa

Ginecologo Marbella Muñoz Cabrera

La cirugía laparoscópica ha evolucionado de forma espectacular en los últimos 30 años revolucionando el campo de los tratamientos quirúrgicos.

Gracias a ella, los pacientes dejaron de sufrir dolorosos postoperatorios, podían caminar e ingerir alimentos prácticamente 24 horas después de abandonar el quirófano, y dejaron de preocuparse por las siempre antiestéticas cicatrices que afeaban su cuerpo si eran sometidos a cualquier cirugía abierta.

Estas ventajas también se aplican a la ginecología, un campo de la medicina que se ha visto beneficiado por estas intervenciones mínimamente invasivas y que en el caso de Hospital Ochoa supone el 80% del total de operaciones que se llevan a cabo. Hablamos con el doctor Muñoz Cabrera sobre las virtudes de esta técnica y sus más de veinte años de experiencia tratando patologías ginecológicas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de cirugía ginecológica por laparoscopia?

En el campo de la ginecología se puede operar por tres vías: la tradicional, que se lleva a cabo abriendo el abdomen mediante incisiones de varios centímetros, la vía vaginal y por vía laparoscópica. Esta tercera es mínimamente invasiva y consiste en realizar pequeños cortes de 3 a 5 mm en la piel del abdomen (el principal en el ombligo) que apenas dejan cicatriz.

Por esos mínimos orificios se introducen unas pinzas y una cámara para que el cirujano pueda operar mirando una pantalla. Este tipo de intervenciones son lo último, el presente y el futuro de la cirugía general y ginecológica.

¿Cuándo comenzó a usarse la cirugía laparoscópica en ginecología y qué supuso?

El principio básico de la cirugía laparoscópica es la endoscopia. La curiosidad del hombre por descubrir nuevos hallazgos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades data del año 1800, cuando se empezaron a utilizar instrumentos que introducidos a través de la boca o de otros orificios naturales como el ano o la vagina permitían observar el interior del organismo. Eran métodos muy rudimentarios con equipos de iluminación muy básicos, pero ahí comenzó todo.

Esos inicios evolucionaron hacia una cirugía laparoscópica que se podía usar en diferentes especialidades y alrededor de la década de los 80 del siglo XX es cuando empieza a tomar relevancia en ginecología. En esos años comienza un ascenso sin freno que ha dado lugar a múltiples variantes de estas operaciones. El último eslabón es la cirugía robótica, que también es laparoscópica, pero que cuenta con la intermediación de un robot entre el paciente y el cirujano.

¿Qué ventajas aporta con respecto a las operaciones más convencionales?

La laparoscopia revolucionó el campo de la medicina. Los beneficios de una cirugía mínimamente invasiva son enormes. Más allá de lo estético, ya que las cicatrices que quedan son mínimas, la recuperación del paciente es mucho más rápida y se acortan mucho los tiempos de ingreso hospitalario: antes eran de una semana a diez días, y con esta técnica oscilan entre uno y tres días. Además, la persona puede regresar a su vida cotidiana y al trabajo de una forma mucho más temprana.

Otra ventaja importante reside en que el dolor se soporta mucho mejor, y por tanto, necesita mucha menos medicación como anticoagulantes, analgésicos o antibióticos que sí eran necesarios cuando se le practicaban grandes heridas en la pared abdominal al paciente. Hay que tener en cuenta que la longevidad de las personas es cada vez mayor y, siendo así, tendrá que pasar por quirófano en más ocasiones; eso quiere decir que son necesarias cirugías poco agresivas para que puedan tolerarse a lo largo de una vida.

¿Cuáles son las cirugías por laparoscopia más comunes en ginecología?

En el caso concreto de Hospital Ochoa un 80% de las cirugías ginecológicas que se practican se llevan a cabo por vía laparoscópica. En estos casos se incluyen las enfermedades oncológicas, que hace unos años era impensable que pudieran operarse de este modo, y que hoy en día se pueden realizar con los mismos resultados que con la cirugía tradicional.

Las patologías más frecuentes que son intervenidas mediante laparoscopia son los miomas, tumores relacionados con el músculo del útero llamado miometrio y que son benignos. Si crecen pueden provocar síntomas molestos como dolor y hemorragia y, por consiguiente, hay que operarlos.

Otra enfermedad frecuente es la endometriosis. Se produce cuando la menstruación no puede ser expulsada del organismo y pasa a través de las trompas hacia los ovarios. Esto puede provocar quistes endometriósicos y la inflamación de los tejidos, cuyo mejor tratamiento es la cirugía por laparoscopia.

También son usuales las patologías de los ovarios y trompas de Falopio, como pueden ser quistes de distintos tipos y tumores. Estos últimos pueden ser extirpados usando esta técnica si su detección es temprana.

¿Qué características debe tener un quirófano que albergue este tipo de cirugías?

El quirófano y las infraestructuras del centro hospitalario son fundamentales. Si no se cuenta con tecnología avanzada como la que Hospital Ochoa pone a disposición de sus pacientes, quirófanos integrados con una buena calidad de imagen y una magnífica insuflación, junto a un instrumental de primer nivel, las cosas se complican y la cirugía no puede llevarse a cabo con plenas garantías.

También es importante la experiencia del cirujano en este tipo de intervenciones para que todo salga como se había programado.

¿Qué es lo que más valoran los pacientes que son operados por laparoscopia?

En Hospital Ochoa también realizamos intervenciones con minilaparoscopia con instrumentos de pocos milímetros que prácticamente no necesitan puntos de sutura, pero más allá de cuestiones estéticas, lo que más valoran es la recuperación.

En el caso de cirugías complejas como las oncológicas, que requieren varias horas de intervención, el paciente puede comer y caminar al día siguiente y marcharse a casa en cuestión de dos o tres días. Las personas no pueden creer que se encuentren tan bien unas horas después de haber pasado por quirófano para someterse a un tratamiento quirúrgico complejo.

¿La cirugía por laparoscopia es más segura que la tradicional?

Todo depende del cirujano que realice la intervención. Es muy importante la experiencia que posea efectuando cirugías laparoscópicas y abiertas. A veces pueden surgir complicaciones que requieren de la pericia del doctor para actuar con rapidez y así evitar consecuencias indeseadas.

Existen cirujanos más habituados a operar mediante cirugía abierta y los que tenemos la suerte de contar con formación en cirugía abierta, laparoscópica y vaginal, somos expertos en evitar las complicaciones, y cuando aparecen, las solventamos en el mismo acto quirúrgico.

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